El controvertido modelo de la distribución editorial en las pequeñas y medianas editoriales: análisis del artículo de Brooke Warner

El controvertido modelo de distribución editorial para las pequeñas y medianas editoriales: análisis del artículo de Brooke Warner y su aplicación para los editores españoles.

He tenido la oportunidad de leer el excelente artículo de Brooke Warner Distribution: The Most Misunderstood Topic in Book Publishing en su blog Writerly Things, sobre el controvertido sentido del concepto de distribución en la industria editorial. En el mismo, analiza  los motivos del reciente cierre de la distribuidora Small Press Distribution (SPD) en EEUU y las consecuencias que ha tenido en los pequeños y medianos editores a los que distribuía, y al mismo tiempo propone una serie de cambios en el modelo de distribución editorial que funciona en nuestra industria.

Al leer el artículo, han venido a mi mente algunas de las experiencias que he vivido, en primera persona, durante mis 40 años dentro del mundo editorial. Durante los mismos, he visto como se ha ido transformando el sector y también como lamentablemente se siguen manteniendo ciertos modelos que inciden negativamente en nuestra industria. En estos años he tenido la oportunidad de participar en muchos de los roles que alguien puede llegar a desempeñar dentro de esta industria, donde sin duda la distribución es y seguirá siendo una cuestión clave para los editores, tanto para los pequeños y medianos como para los grandes.

Reflexiones

Quiero destacar del artículo, la forma en la que Warner sintetiza y  estructura perfectamente cada uno de los factores que inciden en la situación actual de la distribución y  pone de manifiesto la debilidad en la que viven las pequeñas y medianas editoriales respecto a la misma. No es casual el nombre que ha puesto al artículo, va en relación al muy malentendido concepto de la distribución editorial y sus consecuencias en los diferentes actores del mundo de la edición. Muchas  de las cuestiones que ella expone, las comparto en casi su totalidad, pero me gustaría comentar mi visión sobre cómo inciden en España en particular, pero también en el resto de los países latinos, y considerar las rémoras y las oportunidades que hoy tienen los editores en base a lo tradicional y lo nuevo en la distribución, pensando especialmente en esos pequeños y medianos editores.

Como decía, me llama mucho la atención, con sus evidentes peculiaridades, como se parece la industria del libro en EEUU a lo que estamos viviendo en España. Y no lo digo solo por la extraordinaria concentración de sellos y canales comerciales, cosa que se está viviendo en todo el mundo, sino por la similitud de los efectos negativos que sufren los editores que, al fin y al cabo, son los verdaderos generadores de negocio en esta industria.

Sin el valor que aportan los editores, ni los distribuidores ni las librerías podrían hacer ningún tipo de negocio, pero además ellos son los que más arriesgan y los que acaban recibiendo,  proporcionalmente, el menor porcentaje neto de beneficio. Me refiero especialmente a los pequeños editores cuyo volumen de facturación va en línea con su tamaño, pero aun así, deben competir con monstruos enormes que ocupan estanterías de los lineales de venta y reciben la especial atención del resto de la cadena comercial del libro.

Si el análisis que hace Warner me pareció interesante, todavía me parecen mas sus propuestas para que los pequeños editores diseñen su estrategia de supervivencia y, como no, también construyan modelos exitosos para que sus proyectos editoriales crezcan. Ahí quisiera aportar mis propuestas en base a la experiencia vivida.

Cuando reflexiono en cómo funciona nuestra industria, cada vez estoy mas seguro que a los editores les gusta el juego. Habría que hacernos un test psicológico y un seguimiento para saber cuántos estaríamos necesitados de un psicólogo especializado en tratar la adición en juegos de azar. ¿Por qué lo digo? No es broma, hablando con muchos de mis colegas editores, aunque es cierto que la mayoría está diseñando estupendamente sus proyectos, eligiendo bien la obra, el autor, la estrategia de promoción, etc., casi todos tienen la esperanza de encontrar a ese autor, esa obra extraordinaria que los catapulte al superventas.

Nos gusta jugar a la ruleta y esperamos que algún día acertemos y nos pueda tocar el éxito de un bestseller que, en muchas ocasiones, el editor no ha diseñado sino que se lo ha encontrado en el camino, pura suerte. ¡Que sigamos editando y que siga el juego editores! Con suerte nos tocará esa clase de éxito, mientras tanto preparémonos para la lucha.

Efectivamente, como todo eso es una incertidumbre y estamos hablando de negocios reales, donde nos jugamos inversión y tenemos que tener resultados, para que podamos seguir adelante, sin duda las recomendaciones de Warner son muy necesarias para implantarlas en los modelos editoriales de pequeñas y medianas editoriales.

En ese sentido, me gustaría hacer una aplicación de sus recomendaciones, pero enfocadas como decía en el mercado editorial del libro en español, aunque creo que sin duda por las similitudes comentadas anteriormente, serían aplicables a la mayoría de los mercados editoriales de otros países.

Para quienes estas recomendaciones

Si en EEUU todavía hay distribuidoras que tienen un enfoque en editores pequeños, habría primero que considerar quienes son pequeños allí y aquí. Evidentemente estamos hablando de mercados completamente diferentes, pero no me cabe duda que, al margen del tamaño del mercado, el tipo de editoriales que allí están publicando nichos o están lanzando nuevos autores se parecen mucho a los mismos editores de nicho que tenemos en España.

Una mirada hacia atrás

En estos últimos 40 años, tanto en EEUU como en España, los grandes editores han ido adquiriendo sellos editoriales para poder captar también esas ediciones de nicho, porque al final los nichos también suman y tienen lectores muy fieles que compran regularmente lo que edita esa editorial sobre una determinada temática. Warner dice que la suma de sus dos sellos resultan como 120 novedades anuales, no está mal. En España publicar 60 novedades es un reto para cualquier editor, pero creo que habría que tener en cuenta también el catálogo vivo del editor, eso es clave también para darle sentido a una buena distribución.

Podríamos decir que en España un pequeño editor es el que publica anualmente sobre 25 títulos y un mediano editor quien publica a partir de 50 títulos. No tengo en cuenta los proyectos puros de autoedición que pueden publicar casi tanto como los grandes editores y, sin duda, algunos son un gran negocio editorial por la enorme cantidad de libros que comercializan. Por debajo de la primera cifra podemos considerar que son micro editoriales.

Por supuesto, la clave es publicar regularmente, eso es lo que conecta al editor con los canales y sus lectores, pero publicar bien es ir generando un catálogo vivo de la editorial que al menos le de juego dos o tres años al título y que lo revitalice con otras nuevas obras de esos autores u otras similares que siga publicando el editor. Parto de una cifra de 25 novedades, porque es realmente muy difícil ser un editor a pleno tiempo, sin tener un volumen de obras regulares lanzadas al mercado que generen un volumen regular de ventas y una imagen de marca editorial. Ese modelo es el que conecta al editor con los canales y el que le da sentido a la distribución tradicional. Luego hablaremos de diferentes modelos de distribución que sin duda benefician el editor.

¿Cuántas distribuidoras españolas están especializadas en pequeños y medianos editores que tengan un impacto en todo el país?

Aunque hay pequeñas distribuidoras con enfoques locales o muy especializadas en alguna temática, creo que en España habrá como 5 ó 6 distribuidoras que pueden prestar realmente un servicio directo de ámbito nacional y la mayoría de ellas están incorporando a su catálogo la oferta de pequeñas y medianas editoriales que desarrollan un proyecto editorial regular y que el distribuidor suma a su oferta junto con las grandes editoriales.

Estas distribuidoras posibilitan que estos pequeños y medianos editores puedan estar presentes en prácticamente todos los puntos de ventas del libro en España, por supuesto que la gran mayoría no tienen presencia física de la mayoría de sus títulos en los canales de venta, pero los lectores pueden solicitar esas publicaciones y tenerlas con toda seguridad en su poder en unos plazos muy cortos, porque estas distribuidoras suelen mantener pequeñas existencias de esas publicaciones en sus almacenes o tienen sistemas de reposición muy ágiles.

Análisis de la distribución editorial en EEUU

El análisis que realiza Warner, sobre en qué consiste el término distribución editorial en EEUU, es un buen resumen sobre la situación y expectativas que tienen los editores sobre ese servicio. Hoy en España se están manejando conceptos muy similares a los que allí ofrecen Ingram y Amazon sobre distribución a demanda combinado con la distribución tradicional. Hay varias distribuidoras españolas que están manejando de forma combinada ambos servicios, tradicional y a demanda, y este es un modelo muy beneficioso para los pequeños y medianos editores que pueden manejar una parte de su catálogo de forma física en las distribuidoras y otra parte atendida a demanda y conectada con los canales tradicionales de comercio físico del libro.

Ahora bien, los problema que viven los pequeños y medianos editores son muy similares tanto en EEUU como en España y en la mayoría de los países, entre ellos el manejo de las novedades para ser ofertadas en los canales físicos, la gestión de la presentación, los costes de la distribución en ciertos canales y la gestión de las devoluciones. He visto como editores con proyectos fantásticos han sucumbido al éxito de sus productos cuando han pasado un par de años y han visto como volvían a sus almacenes los libros que “habían vendido” a los canales comerciales.

Algunas conclusiones sobre la distribución editorial

La conclusión de Warner ante el cierre de SPD es que la distribución tradicional no está diseñada para las pequeñas editoriales porque no tienen el volumen para justificar el costo de la misma. Discrepo completamente de esta afirmación y más bien creo que, con un buen diseño de los modelos para la gestión de novedades, reimpresiones, la conexión con el distribuidor para las reposiciones a los canales y la integración de la distribución tradicional con la distribución a demanda, no solo se benefician las pequeñas y medianas editoriales, sino que el beneficio se extiende al distribuidor y a los canales de venta que pueden disponer de un catálogo mucho mas amplia en su oferta.

Además, este catálogo es servido con toda seguridad, y esto permiten al editor seguir diseñando estrategias para la promoción de sus publicaciones con la seguridad de que estarán disponibles allí donde puedan ser demandadas. Todo esto tiene varios beneficios importantes para la cadena del libro, pues al editor le evita tener que hacer una inversión importante en mantener unas existencias, que al final llenaban los almacenes de los distribuidores y generaban un trasiego de altas y devoluciones en las librerías que era imposible de gestionar.

Warner comenta tres grandes problemas que enfrentan las pequeñas editoriales y que ella entiende que no han sido resueltos con el modelo de distribución que desarrolló SPD en EEUU. Veamos como esas cuestiones también está afectando a los editores españoles y qué soluciones podrían ser aplicadas para resolverlas, quizás algunas de ellas ya están funcionando para un grupo de los mismos que han decidido transformar sus proyectos editoriales, introduciendo mejoras tecnológicas y productivas que den viabilidad a los mismos. Veamos.

Mentalidad del editor

Los pequeños y medianos editores viven en un círculo vicioso donde no pueden dejar de hacer lo que están haciendo pues necesitan generar los ingresos que son necesarios para seguir funcionando y no tienen tiempo para parar y reflexionar que cuestiones tienen que cambiar y mejorar para que su proyecto editorial siga adelante. Como no tienen tiempo para parar, reflexionar y aplicar los cambios, siguen haciendo lo que estaban haciendo para que sus negocios sigan funcionando en el mismo camino que desgraciadamente no les lleva a ningún lugar. Y así constantemente, bueno hasta que ya no pueden más y cierran.

Es cierto que durante muchos años los pequeños y medianos editores españoles han funcionado bien, había una cantidad limitada de editores que desarrollaban un proyecto editorial y había muchas librerías generales y especializadas donde ese editor encontraba un lugar donde sus publicaciones podrían ser expuestas y adquiridas por sus lectores. Hoy todo eso ha cambiado de forma extraordinaria, se publican más libros que nunca, las librerías generalistas independientes están cerrando y también muchas de las especializadas y, las que quedan, no son capaces de atender toda la oferta de novedades editoriales que reciben diariamente. Mucho más, no pueden atenderla porque lo que necesitan son libros que se vendan para seguir funcionando como librerías y no estar abriendo y cerrando paquetes de libros que a veces no pueden ni colocar en las estanterías.

Por muy complicadas que sean las circunstancias, el cambio no es fácil, nos gusta repetir aquello que llevamos haciendo durante toda nuestra vida y tenemos la seguridad de que funciona.

¿Pero funciona el modelo tradicional de distribución editorial?

Eso es lo que ha hecho que muchos editores haya empezado a aplicar el cambio, han vivido en sus carnes que realmente esos modelos tradicionales ya no funcionan y lamentablemente para algunos ya era tarde y no han podido comenzar esa transformación en sus compañías.

En medio de todo esto, la cantidad a producir de sus novedades, las reimpresiones de su catálogo y diseñar como ambos tipos de publicaciones se integran en su canal de distribución, son los elementos clave en el funcionamiento de una editorial. ¡Es tan fácil que un proyecto editorial exitoso caiga estrepitosamente por las devoluciones y consecuentemente la falta de liquidez para seguir funcionando!

Los cambios en el diseño de una estrategia de marketing, pasando de los modelos tradicionales al marketing online y el enorme cambio en la forma en que son buscados y comprados los libros, son sin duda otros elementos en los que los pequeños y medianos editores han tenido que prepararse para el cambio.

Finalmente, los editores españoles han pasado de tener un mercado en Latinoamérica donde se compraba, a precios extraordinariamente reducidos, todos los libros que no se vendían en España a darse cuenta que ese modelo ya no funciona.

Librerías

Parece obvio, pero las librerías necesitan vender libros para seguir funcionando y por eso necesitan tener expuestos los libros que les podrían ser demandados con más frecuencia por sus clientes. Todos los editores quisieran que todo su catálogo pudiera estar expuesto en todas las librerías del país, pero eso es imposible.

Aun recuerdo cuando desarrollaba mi primer proyecto editorial y cada vez que visitaba una librería en cualquier parte de España siempre iba buscando cuantos libros de mi editorial estaban expuestos y si no veía muchos títulos informaba al comercial de la zona para que visitara al librero para que le colocara más libros en las estanterías. En ese momento, para ese tipo de libros, aún era posible.

El posicionamiento de publicaciones en librerías

Los pequeños y medianos editores lo tienen complicado para posicionar sus publicaciones en librerías porque como dice Warner: “las librerías también tienen las manos atadas. Después de todo, quieren y necesitan vender productos, y los márgenes son extremadamente pequeños.” ¿Es pequeño un 30% en un margen medio de un libro en una librería independiente? Depende de cuantos libros venda al día, cuanto personal esté trabajando en la librería, cuanto pague de alquiler, este ha aumentado brutalmente en estos últimos años, y sobre todo sobre la capacidad que tenga el librero independiente de competir con las grandes cadenas de comercio del libro físicas y online.

El librero independiente lo tiene complicado para competir con estas grandes cadenas, por lo que debe manejar muy bien sus valores de cercanía y posicionamiento en su entorno para trabajar conjuntamente con el resto de los actores, especialmente con los pequeños y medianos editores.

Dinero

En España todo el proceso económico del libro está condicionado por la ley del precio fijo del libro que obliga a que todos los márgenes estén basados en el mismo. La mayoría de los pequeños y medianos editores trabajan con distribuidores que a su vez se ven condicionados por los descuentos que sobre el precio fijo tienen que aplicar a los diferentes canales comerciales del libro. Hoy el descuento medio del 50% que suele aplicar el editor a su distribuidor, se ve superado ampliamente cuando los libros deben ser provistos a estas grandes cadenas y los grandes players del e-commerce que le exigen al distribuidor un margen mayor.

Es muy complicado para un editor pequeño poder vivir con un 40% de margen bruto si sus ventas dependen mucho de esos canales, por lo que a los editores pequeños y medianos les encantaría poder crecer en sus ventas con las librerías independientes, servidas por sus distribuidores porque se aseguran en la mayoría de una mejora de un 10% en la liquidación de sus ventas.

Un grave problema en la distribución editorial

El grave problema tanto en EEUU como en España son las devoluciones, manejar un posicionamiento masivo de una publicación a nivel nacional, aunque sea solicitado por el distribuidor y el canal, no asegura su venta y la inversión económica que tiene que realizar el editor para posicionarse en todos los lugares, sin la seguridad de que esos libros no vendrá de vuelta, es enorme.

Pero además si tras posicionarlo solo funciona una de cada tres publicaciones, la debacle es segura porque al final los libros volverán al distribuidor y del distribuidor volverán al editor que no solo no sabrá que hacer con ellos sino que le cargarán la devolución y que se comerá los pagos pendientes de otras publicaciones.

La afirmación que hace Warner sobre cómo, el funcionamiento de la distribución editorial, afecta el tema económico, es plenamente trasladable al mercado español: “Las librerías independientes son las más propensas a devolver. (B&N fue un terrible infractor, pero sus nuevas políticas han hecho que apenas pidan algo a los editores independientes, y por lo tanto las devoluciones han disminuido. ¡Causa y efecto en la práctica!) Los editores quieren obtener una amplia colocación en las librerías, pero eso no garantiza que estén a salvo. Las devoluciones pueden ocurrir en cualquier momento, y pueden ser devastadoras, y las pequeñas editoriales son las menos capaces de absorber esos golpes dados los pequeños márgenes que manejan y lo reducido de la listas de libros en venta.”

Como dice Warner en su espléndido artículo: pasemos ahora a tratar las soluciones para estos problemas, alineadas a lo largo de los mismos temas.

Mentalidad de los editores

Los pequeños y medianos editores necesitan cambiar los modelos de editar y distribuir, aprovechando y ajustando los proyectos editoriales a las oportunidades que los servicios tecnológicos ofrecen a toda la cadena de valor del libro. Hace unos días teníamos una video conferencia varios colegas de distribución y comentábamos como llevábamos desde hace 20 años presentando a los editores el modelo de distribución a demanda y como para algunos editores era un nuevo descubrimiento, ¡un poco tarde!, nos decíamos sonriendo.

Cuatro propuestas básicas para el cambio en la distribución editorial:

  • Ajustar la tirada inicial de las novedades a lo que el canal de comercialización demanda. No lo que pidan, sino lo que tenemos contrastado que venden de verdad y no vendrá devuelto.
  • Hacer reposiciones con tiradas extremadamente cortas, no importa que cueste más si ya tenemos asegurada la primera tirada de la novedad. Al final nos costará más producir y recibir devoluciones que vendrán a nuestro almacén y tendremos que gestionar con todos sus costes, que producir justamente lo que el canal necesita para atender todos los pedidos.
  • Tender a almacén 0, no existencias y eso se consigue mediante la producción y entrega directa al canal o simplemente pasando a completamente a demanda los títulos cuya demanda anual sea tan baja que así lo requiera.
  • Manejar conjuntamente modelos de distribución tradicional con distribución a demanda.
El modelo de distribución a demanda es una excelente solución para la distribución internacional de publicaciones

Existen plataformas en el mercado que ofrecen al editor un modelo que permite la producción en cada país y la entrega al distribuidor local, combinado también con la oferta del catálogo del editor mediante la distribución a demanda a las propias librerías. Son modelos muy automatizados y transparentes respecto a los costes que tiene el editor y los márgenes con los que van a trabajar en cada país, todo en línea y gestionado directamente por el propio editor.

Siempre existe la tentación del editor de dejar que otros sean los que gestionen sus temas comerciales por él, por eso es muy interesante el comentario de Warner en su artículo en el que cita a su colega y editor de Stone Bridge Press, Peter Goodman, quien escribió: «Nuestra industria no ha descubierto cómo liderar y constantemente deja que los proveedores controlen nuestros destinos».  Y continua Brook diciendo: “esta afirmación es importante. Estamos dejando que los proveedores controlen nuestros destinos”.

Es la solución mas sencilla, pero desde luego es la que ofrece menos futuro a los editores, controlar y gestionar sus proyectos editoriales, sin depender completamente de otros es clave para la supervivencia. Mejor que tus proyectos editoriales tengan varias patas y una sin duda la gestiones tu directamente y no que todo tu proyecto editorial dependa de una sola compañía. Eso es algo que lamentablemente hoy estamos viendo en los modelos de edición y comercialización de audiolibros.

Librerías

Es muy interesante la propuesta que hace Warner y lo que personalmente viví en uno de los proyectos editoriales que impulsé a finales de los 80. Ella dice en su artículo: “Las pequeñas editoriales no necesitan la mayoría de las librerías, esa es la verdad. Lo que necesitan es identificar esas librerías específicas y otros minoristas con los que tengan una fuerte alineación. Cuanto más literario, oscuro o de nicho pueda ser un libro o una lista, mejor oportunidad tienen los editores de vender más cantidad a algunas tiendas en lugar de tratar de vender 1 y 2 a librerías que no tienen la inclinación o la base de clientes para vender esos títulos. Un gran ejemplo de una editorial que ha estado haciendo esto durante años es Microcosm. El editor Joe Biel estuvo en mi podcast, Write-minded, el año pasado hablando sobre romper con su distribuidor (por elección) y luego optar por no vender en Amazon en absoluto. Su modelo es inspirador pero recibe mucha menos atención (por supuesto) de nuestra industria más amplia. Desde que se aventuraron por su cuenta, las ventas de Microcosm han aumentado drásticamente. Sí, significa que tienen que hacer su propio almacenamiento y provisión, pero nuevamente, aquí es donde las pequeñas editoriales podrían ser creativas y unirse para compartir algunos de los costos iniciales que resultarían en ganancias dramáticamente mejores al final.”

Como decía, a finales de los 80 los libros de oposiciones se vendía en su mayoría directamente en academias o simplemente no se vendían. Durante varios años estuvimos montando una red de librerías para especializarlas en esta temática y desde la editorial orientamos la campaña de promoción hacia estas librerías que se convirtieron en especialistas en esa materia. Fue todo un éxito. El resto de las librerías y canales también podían ofrecer y vender esos libros, así lo hicieron, pero para el editor la inversión en los lanzamientos y el aseguramiento de ventas sin devoluciones fue extremadamente ajustado.

Retos para librerías

Hoy es un reto para las librerías independientes y los pequeños y medianos editores buscar modelos de colaboración. Por supuesto, los distribuidores son muy importantes para asegurar los proceso entrega y facturación a las librerías, pero es clave que el editor y el librero colaboren en modelos que permitan canalizar el posicionamiento de las publicaciones, la comunicación a los posibles compradores y asegurar la provisión y venta de esos libros que van a ser demandados.

Esto significa cambiar la mentalidad del librero de colocar solo los libros de las grandes editoriales porque son “los que compra la gente” y enfocar el negocio de las librerías solo en esa línea. Es vital para el librero buscar nuevos clientes y sin duda los pequeños y medianos editores pueden ser generadores de esos clientes hacia las librerías. Son muchas las experiencias que tenemos con clientes editores que están potenciando este modelos con presentaciones, firmas, participaciones en ferias, organismos, bibliotecas, etc. y los libreros son parte importante de las mismas.

Los modelos de distribución  a demanda son extremadamente eficientes para que los libreros puedan ofrecer un catálogo extensísimo y competir en contenido con los mayores comercializadores de libros, ofreciendo plazos de entrega para muchos títulos similares a ellos, con la seguridad de que sus pedidos serán atendidos al 100 por 100.

Ventas directas (dinero)

Quizás esta frase no te va a gustar, pero es una realidad. Si un pequeño o mediano editor no es capaz de vender directamente, sí directamente al 100 del PVP, al menos el 20% del total de sus ventas, por los márgenes que se están manejando hoy en nuestra industria, está abocado al fracaso. Estas ventas podrán ser gestionadas mediante su propio e-commerce, presentaciones o directamente compradas por alguna institución/autor, pero el editor debe asegurarse generar un ingreso directo a su cuenta que le asegure un mínimo de rentabilidad en sus proyectos editoriales. Esto es bueno también para todo el resto de la industria, me refiero a distribuidores y a libreros que se asegurarán que tienen un editor solvente que va a poder seguir generando proyectos editoriales que les va a permitir gestionar el 80% de sus ventas.

En este sentido comparto al 100 por 100 lo que Warner expone en su artículo: “Muchos editores están haciendo ventas directas, y las están haciendo bien. Microcosm es un ejemplo, y otros incluyen Split Lip Press y Gloo Books. (Estoy escribiendo esto desde Japón y estoy muy impresionada de que la tienda de Gloo me está diciendo cuánto cuestan sus libros en yenes). Los editores saben que necesitan hacer ventas directas y se resisten.

Lo entiendo porque nosotros tampoco lo hacemos. Una de las promesas de la distribución es el cumplimiento. Pagamos a nuestro distribuidor por el privilegio de su espacio de almacenamiento y su aparato de provisión. No tenemos el poder humano, o en este momento el ingenio, para meternos en el negocio de la provisión de pedidos. Dicho esto, es la ola del futuro, y cualquiera de nosotros, grande o pequeño, puede y debe aprovechar las ventas directas ya que apoya a los editores a construir la lealtad a la marca y una base de clientes (nombres y correos electrónicos), hacer marketing directo y ofrecer todo tipo de ventas y promociones. ¡De nuevo, el momento es propicio para una cooperativa de pequeñas editoriales!”

Modelos estratégicos en España

En España hay modelos estratégicos funcionando para pequeños y medianos editores que les permiten planificar una estrategia de venta directa con ámbitos nacionales e internacionales y con múltiples formatos de consumo de publicaciones para que diseñen su propia estrategia comercial para combinarla con servicios desarrollados para y con los distribuidores tradicionales y librerías en múltiples países.

¿Y ahora qué? Interesante como acaba Warner su artículo: “¿De verdad? Seamos realistas. SPD no estaba funcionando. Los editores necesitan una mejor opción. Aquellos que han estado leyendo este boletín durante años saben que he estado cantando esta canción durante al menos tres años. Tal vez esto sea el final de los tiempos para la distribución tradicional, y es hora de buscar (y construir) otras formas de hacer que los libros lleguen al mundo.”

Para terminar

No se si yo estoy en otro mundo, pero creo que la búsqueda, a la que hace mención Warner, aquí ya la hemos llevado a cabo y hemos conseguido crear este modelo, por lo menos creo que algunos editores pueden dar testimonio de ello porque los estoy viendo funcionando muy bien en esta línea.

Quiero felicitar a los distribuidores españoles que han desarrollado estrategias muy exitosas para compartir su catálogo completo con los miles de puntos de venta de libros que hay en España y que ofrecen un servicio extraordinario para entregar esos libros a los libreros. También que han apostado por el modelo de distribución a demanda y están ofreciendo a esas librerías y al resto de los canales de comercio del libro, miles de publicaciones de estos pequeños y medianos editores que de otra forma tendrían muchas dificultades en estar disponibles en ellas.

También a las empresa tecnológicas que están desarrollando modelos que permiten a estos editores el diseño de estrategias para la comercialización de su contenidos nacional e internacionalmente en casi todos los formatos, permitiendo que puedan diseñar estrategias mixtas, potenciando su canal tradicional de distribución e integrando modelos de distribución a demanda y venta directa de sus contenidos. El editor debe tener sus contenidos en todas partes, aprovechar todos los escaparates posibles para que su obra pueda ser adquirida, ya sean las grandes cadenas comerciales del libro, los grandes players del e-commerce como en las miles y miles de librerías independientes que están ofreciendo publicaciones a sus clientes.

Evolución y transformación digital de toda la industria, ese es el reto para todo el sector. Esto nos dará más fortaleza y permitirá que la industria editorial siga siendo un medio por el que podamos seguir expresando ideas y compartiendo emociones que enriquezcan al ser humano.

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